Pues la verdad que es un lujo un domingo de votaciones y estar tranquilamente por casa. No tener que levantarse pronto para estar entre las 8 y las 9 dónde toca, en principio para verificar en uno o varios colegios electorales que no hay contratiempos contra la candidatura de uno en ese día. Al final las cosas siempre se van desarrollando con normalidad, y uno acaba siendo una especie de funcionario durante del día para ayudar a conciudadanos que no conocen su colegio o que te preguntan por candidaturas o candidatos que no tienen que ver con uno, e incluso a veces ni con la jornada.
Desde que me afilié a Esquerra Unida no recuerdo la última vez que falté a mi cita a la credencial, quizás en algún momento después de 2010, después de nacer mi hijo, y no estoy seguro. En las últimas autonómicas estuve de vocal de mesa, las del 155 y el COVID; así que por imperativo legal vi la fiesta en el mismo sitio pero desde el otro lado de la mesa. A veces he ido más o menos convencido, pero he ido. Y también ha cambiado la mirada de las mesas, más proclive a dejarse ayudar cuando todavía vivía en l’Hospitalet que ahora en Sants; y creo que más conscientes antes que ahora de la importancia y del papel representado.
Esta vez no he encontrado la palanca que me subiese las ganas de hacerlo, de superar el día a día y el cansancio o las ganas de vagar. Lo doméstico y familiar otras veces ha podido superarse, pero esta vez durante la campaña catalana estábamos con tiras y aflojas respecto a si el candidato que habíamos elegido en Izquierda Unida en primarias, Manu Pineda, podía ir en las listas conjuntas de SUMAR o no. Al final hace unos días se ha visto que sí, que tanto unos como otros lo aceptamos como cuarto. Me parece una buena noticia, aunque no esté claro que sea un sitio de salida y cuando cabía la posibilidad de salir elegido con IU en solitario. Buena noticia porque es bueno llegar a acuerdos y poder hacer política después de la elección y no tener que volver a reconstruir puentes para volver a pensar de forma conjunta políticamente. Hacer política para conseguir cosas y hacer, no para la bronca.
Tampoco me suma, que la novísima política repita candidatos aunque sea moviéndose de lista o pasandolos a otra provincia como ha pasado. Y la edad mía, y las formas actuales, me quedé en los 90s me dijeron hace ya algunos años. Pero nada grave, no sé si hubiese sido capaz de negarme si alguien del barrio me hubiese dicho de hacerlo.
Disfruté del día con mi mujer, de ir a votar junto y luego del recuento también con el Senyoret_U.
Al final de la jornada, ay que felicitar al señor Illa. Muy buenos resultados sí. También a los partidarios del Hard Rock café, de ampliar el aeropuerto y del populismo o la demagogia verde del todo es posible de su directora de campaña. Cuentan muchos con un acuerdo PSC, ERC y Comuns, y me parece que por lo visto en las municipales en Barcelona, y las propuestas tanto entonces como ahora para la Generalitat, el tripartito que viene es el de los partidarios del Hard Rock, más aeropuerto y más motor. Más turismo, más motor, más ladrillo y más más más. Tengan en cuenta que Trias aunque se enfadó sigue ahí esperando en el pleno del ayuntamiento, y que Illa no engañará mucho porque su propuesta es la de los acuerdos y hacer bajar del monte a los ultramontanos del procés. Quizás los barrios que lo han apoyado pensaban otra cosa, pero a ver que sorpresas nos llevamos todos en aras de la concordia entre todos los españoles.
Más de uno y dos análisis con frases como el constitucionalismo gana por primera vez una elecciones autonómicas en Cataluña. A no ser que como ya dijo Winston Churchil “algunos fascistas del futuro se harán llamar así mismo constitucionalistas”, no entiendo como la CiU de los 80 y 90 no era constitucionalista y sí el partido al que votan tantos nostálgicos de Fuerza Nueva. O cómo la AP que presentó a snif, snif Francohamuerto Arias Navarro como candidato al senado nos marca ahora quién es o no constitucionalista. A mí esto me da miedo, por activa de los nacionalistas españoles y por pasividad de las izquierdas respecto a lo que representa tener una constitución estable en este país.
Lo de Arias Navarro lo pongo como post-it para nuestras memorias y como ejercicio retórico. Yo al PP sí lo tengo por un partido constitucional, y habrá que ver como lo sumamos al frente contra la extrema derecha. Sí no es un ejercicio retórico eso de que ya están aquíiiiii.
Y finalmente, habría que hacer una cuestación o recoger firmar o algo para que las televisiones y radios públicas dejen de invertir dinero en la encuesta que sólo sirve ¾ de hora que es lo que se tarda en tener recuentos.