Cuando nos preguntaron a nosotros la historia ya era larga. No hacía falta ser nobel para saber que ellos habían lanzado la bomba atómica sobre Nagasaki ya conociendo sus efectos sobre Hiroshima. Que luego vendrían las intervenciones militares descubiertas o encubiertas sobre Centroamérica. Con sus resultados de muertes, torturas y derrocamientos de gobiernos populares.
Que luego volvieron a Asia para derrocar la voluntad de independencia del pueblo vietnamita. Allí usaron armas químicas y toda su maquinaria asesina. Incluso convirtieron a Laos en el país más bombardeado de la historia sin haberle siquiera declaradola guerra. Nose olvidaron de colaborar en el golpe reaccionario en Indonesia que se llevo por delante como medio millón de militantes por la independencia y el autogobierno de los pueblos.
Que mientras pasaron por nuestro país para reconocer y sostener al gobierno fascista de Franco, dándole aire internacional. Que para ayudarnos a mantener nuestros lazos idiomáticos alentaron y sostuvieron a todas las dictaduras latinoamericanas enterrando las esperanzas de sus pueblos con muertos y desaparecidos. No se perdieron ni una: Brasil, Argentina, Chile y otra vez Centroamérica. Hasta montaron una Escuela dela Américaspara enseñar derrocamientos y torturas. Era su idea de América.
Con todo este arsenal cuando nos preguntaron si queríamos ser sus aliados militares dijimos que sí. OTAN sí, aunque de entrada NO, pero luego un poquito más y ahora completamente. Mientras seguimos hablando de referéndums y soberanías hemos apoyado toda esa forma de hacer por el mundo. Violencia para someter a los otros pueblos. Acceso a sus vidas y a sus recursos.
No nos podemos escudar en el “no sabíamos”. ¿Quién con un poco de interés no sabe todo eso? En los penúltimos tiempos de la Unión Soviéticavolvimos a apoyar a la carcundia fuese cristiana o musulmana. En el nudo gordiano afgano con el que nos lo explican ahora todo, se fraguo Al Qaeda y los talibán al servicio del imperio contra el gobierno de más progreso para ellos en los últimos y los próximos 50 años, también para ellas. Hemos apoyado todas la invasiones de Irak, pero no cuando el peor Sadam Hussein era de los nuestros, sino cuando fue por libre. Y ya hará 10 años de que les acusamos de tener armas nucleares y químicas. Era mentira, una vez más.
Dijimos que traeríamos nuestras tropas de Irak, y sólo las cambiamos por otras de los USA que estaban en Afganistán. ¿Acaso el imperio separaba los presupuestos y operaciones entre los 2 países? ¿Hasta dónde puede discrepar una provincia?
Y nos enteramos de Abú Grahib, y nos enteramos de Guantánamo, y el problema nos sobrevoló pilotado por la CIA.¿Y por qué íbamos a ser diferentes? ¿Por qué pensamos que no nos levantaríamos un sábado con la prueba de las torturas a un iraquí de los nuestros en nombre de la libertad y los derechos humanos?
Pero, ¿se encenderían todos los aparatos familiares en casa sin esas torturas, sin esa violencia? ¿Por lo menos los de nuestras mamás? ¿Cuánto vale nuestra falsa tranquilidad?