Esta semana pasada jugó la selección Española (masculina de fútbol *) contra Chipre. Aprovecharon para rememorar que una derrota contra la misma selección(*) produjo el despido de Javier Clemente como seleccionador nacional (*), y que eso fue hace 25 años. ¡25 años! No hubiese dicho que hacía tanto tiempo. Eso fue en 1998, y a mí casi me parecía que fue ayer. Así las cosas no son como las recordamos, y nos hemos quedado hasta cierto punto congelados en nuestra juventud, en mi caso a finales del siglo XX, soy de 1975, justo el año que murió Franco, no llegó al par de meses, pero puedo decir que mientras él vivió yo no hablé ni pude votar ni opinar, sólo llorar como queja.
En cualquier caso llegué a la edad adulta, aunque joven con una estructura (o relato hilvanado) de la historia de España (y occidental o mundial) determinado. Es curioso cómo ha ido cambiando la percepción de nuestra propia historia en algunos temas de los últimos 3 siglos, pero debo centrarme en el hilo al que quería ir. En esos últimos años del siglo XX aún se hablaba de la transición y de el Rey (ahora emérito) de una determinada manera. Aunque algunos tuvieron y tienen sentido, también se hicieron lugares comunes algunos aspectos que sí han llegado a nuestros días y que con 2 minutos de reflexión mínimamente crítica no aguantarían mucho. Fue la época de la serie de La Transición en RTVE de Victoria Prego, de suplementos y libros de El País y otros.
Creía haber leído en ese paquete multiformato y plural una tesis del tipo que después del golpe de estado del 23 de febrero se decidió ser quirúrgico en la busca de responsabilidades del golpe, no ir a por todos los responsables. Así que seguiremos con la duda de la implicación real en el mismo o en qué medida. Además estaba seguro de haber leído en un libro de El País un artículo de Victoria Prego dónde decía que el golpe tenía 3 objetivos, y que después del golpe se fue hacía la consecución desde la instituciones de 2 de esos objetivos. Uno de ellos la paralización o reorientación del proceso autonómico, contra los 2 sospechosos habituales mediante la LOAPA.