Pues a lo tonto a lo tonto hemos vuelto a hablar de democracia, pero no de la de aquí, sino la de fuera. Aquí siempre estamos contentos y aparentemente no nos cuestionamos ciertas cosas. Una pena. Para las izquierdas, uno de nuestros dramas es que nos han quitado la capacidad de soñar e imaginar y, sobre todo, de luego desearlo. Hemos perdido la capacidad de deseo, nuestra libido política va al tran tran y vamos haciendo, en la reflexión de nuestro proyecto democrático. Nadie se atreve aquí a decir que tiene un proyecto de sociedad socialista, ni los que lo tienen en el nombre, ni los que nos creemos superadores de eso. Ni en voz alta ni en nuestros sueños políticos más húmedos.
Las derechas de tanto en tanto se nos aparecen con su concepto de democracia y libertades y lo importante que son. Y nosotros podríamos decir lo mismo, aunque ellos el rato que se ponen católicos pasan por alto que la Iglesia no es una organización democrática, y además es machista. Pero tampoco pasa nada, no sé si cualquier otra organización sin convocatorias de junta de socios y además donde las mujeres no puedan ser de la dirección, sería capaz no ya de recibir el volumen de subvenciones que consigue, si no siquiera ser legal. No lo sé.
Fíjense en el Real Madrid CF y el FC Barcelona. Son clubes deportivos que se jactan de ser de sus socios y de tanto en tanto hacen elecciones, pero no todos pueden ser presidentes. De hecho, el Real hace tiempo que no hace elecciones porque entre los socios con la requerida antigüedad no hay ninguno con suficiente dinero para avalar el presupuesto, y en el Barça las hicieron, pero estuvo a un pelo de que el ganador no pudiese tomar posesión sin un mecenas capitalista.