Pues antes de ayer, domingo, fue el día de en el que pudieron salir una hora a pasear los niños como el mío. Mulligan dirá que no, pero en casa tenemos claro que la entrevista al Senyoret_U aquí en Debate Callejero fue la espita que movió la bola que dio a la rueda que lanzó al gobierno a buscar alguna mejora en la situación de los niños en este confinamiento agravado para ellos, que ni siquiera podían hacer algún pequeño recado, o acompañarnos para comprar el pan o tirar la basura. Por medio, una semana con dudas en la decisión final y la propuesta llevada a cabo. Primero el gobierno y el presidente con una primera aproximación ilusionante, luego la portavoz Montero parece que aportando tu reinterpretación para finalmente un acuerdo de una hora de paseo de un máximo de 3 niños con un adulto en un radio de un kilómetro. Ya dije que a mí lo que proponía Montero de salir a hacer recados ya me daba aire, la verdad, pero mucho mejor la propuesta final. En Cataluña, pues hemos tenido de todo, empezaré con lo leído a una pediatra en un medio importante como La Vanguardia:
“Todas las experiencias que vivimos modifican la estructura cerebral, toda la vida, y tienen repercusiones en nuestra salud mental a largo plazo”, señala Beà, que prosigue que “es importante el acompañamiento que hagamos ahora de los niños y también una vez acabe el confinamiento, para ayudarles a digerir qué ha pasado. Seguramente, recordaremos este periodo, pero no necesariamente de forma que pueda lesionarnos la vida. Si la gente logró sobrevivir a los campos de concentración y llevar una vida plena y saludable, no hay por qué dudar que los niños también lo harán”.