De las cosas que parece que nos quedarán de Zapatero hay que reconocer que la que quizás salvó más vidas y nos las hizo mejores fue la prohibición del tabaco en lugares públicos cerrados. Aunque a muchos nos parecía tan necesario, no sólo por salud sino también por comodidad, como difícil de conseguir. Y se cumplió, y básicamente se cumple[1]; y me alegra.
Por aportar en mis rebajas programáticas y si Pedro Sánchez va buscando mejorar nuestra salud, sin grandes inversiones le ofrezco un reto. Si no eliminar la contaminación acústica que vivimos en España y especialmente en grandes ciudades como Barcelona, por lo menos empezar a corregirla. Es un reto que veo casi imposible y que reconozco que no sé si es la edad o el aburguesamiento cada vez veo más necesario. Reconozco, que como otra gente de l’Hospitalet soy de hablar alto, lo de claro me parecería cinismo por mi parte y creo que me voy corrigiendo en lo del volumen.