Es innegable que en Cataluña la causa vasquista siempre ha
tenido simpatías e incluso prestigio y que se les ha visto como los auténticos, como los indomables. De una
autenticidad de diversas caras y de una radicalidad contrapuesta al pactismo
catalán también en su vertiente catalanista. Eso más allá de la larga
vinculación de las 3 provincias vascas no ya con España sino con Castilla,
explicitada por ejemplo en su participación en la conquista de Navarra, el
último reino en incorporarse a la corona española y único estado vascón.
En esa visión, curiosamente poco se habla por ejemplo del
abrazo de Vergara por el que las tropas carlistas se rinden a las liberales de
Espartero. Navarra y las otras 3 provincias vascas obtienen seguir con sus
fueros mientras los carlistas de otras regiones siguen luchando. Ahí queda al
frente de los restos de las fuerzas carlistas el catalán Ramon Cabrera “el
tigre del Maestrazgo” que continúa la lucha hasta salir por la frontera con
Francia por Cataluña. Pero si aún los vascos y navarros tenía sus fueros por
entonces no sería por su lucha hasta el final contra el tirano de Felipe V por
cierto.
Pero incluso ya más entrados en nuestra historia contemporánea
tenemos la rendición por el pacto de Santoña, en 1937, durante la guerra civil,
de los batallones de gudaris del PNV al ejército de franco mediante la
mediación de los fascistas italianos. Sin contar con que Álava y Navarra ya
habían secundado la rebelión militar franquista y conservado con ello sus
fueros y sus propios presupuestos hasta enlazar con la constitución del 78.
Mientras la mayoría de los catalanes continuaron luchando, muchos hasta salir
por la frontera francesa y sin ningún reconocimiento a su especificidad
catalana hasta 1978, ni siquiera la económica.
Pero incluso desde el 1978 parece que muchas veces el PNV ha
acudido al socorro del gobierno central cuando Cataluña hacía alguna demanda o
tensaba la cuerda. Socorro y tajada todo en uno. Afortunadamente es una
sensación que se ido haciendo espacio en Cataluña. Esta opinión junto a las
derrotas en el espacio vasquista en España (plan Ibarretxe y desaparición de
ETA) y sobre todo por los éxitos de convocatoria del procesismo independentista encabezados por la ANC parece
que han cambiado las tornas e incluso parece que el catalanismo ilumina al
vasquismo. Quizás hasta para bien. De Navarra hay que hablar a parte, porque es
otra cosmovisión por decirlo así e incluso para el resto de España, que creo
que en su gran mayoría ignora hechos como que Navarra tiene su propia policía,
foral claro está.
Yo ya he explicado alguna otra vez que no soy nacionalista catalán y que tiendo a la duda
sobretodo este tema, aunque parece que a algunos debatientes
callejeros se lo parezco. Creo que además de recomponer la situación interna en
Cataluña estaría bien aprender de los vasquistas y foralistas para sacar algún tipo de acuerdo que se considere beneficioso:
blindaje de la lengua, ciertos aspectos económicos,... un algo. No creo que los catalanes podamos seguir así
mucho tiempo y no hablo ya sobre la relación con el resto de España, sino
también la situación propiamente catalana. Si los independistas se sienten
mayoría y suficientemente fuertes para continuar que lo hagan, pero si muchas
veces se habla de que uno de los primeros en hablar del “déficit fiscal” fue
Trias Fargas también habría que recordar que éste estuvo negociando con el
gobierno de la UCD un sistema de financiación para la Generalitat y se
arrepintió de no haber podido cerrar un acuerdo a tiempo. Fueron unas
negociaciones duras como se pueden leer en su biografía[1], sin embargo acabó
consiguiendo un acuerdo en marzo de 1981 con una financiación (1,581 % de los
ingresos del estado[2]) que el
mismo Trias Fargas calificaba de muy beneficioso para la Generalitat[3]. Sin
embargo se dejó pasar el momento, el Consell Executiu de la Generalitat le
pidió a Trias que estudiase nuevamente el texto sobre la valoración de
traspasos y se perdió el momento. Cuando la Generalitat se lo replanteó fue
tarde: había problemas internos en el gobierno central, la situación bancaria
se complicó incluida la de Banca Catalana[4] y finalmente una dura
campaña ¿anticatalana? del PSOE.
Catalunya, o la visiones que tenemos los catalanes de ella,
puede exigir y movilizarse por lo que cree, pero también toca concretar en
acuerdos esos esfuerzos, para no volver a salir sin nada mientras otros
nacionalismos sacan tajada, y ahí también hablo del español.
[2]
Página 346
[3]
En la página 347 [El diputado Pedrós de la UCD no lo entendía. “Cuando la
Generalitat esperaba, tal como incluyó en sus presupuestos , unos créditos de
119 millones, la cifra definitiva es de 126.518 millones.”]. Hablamos de
pesetas de 1981.
[4]
También hay estuvo negociando Trias, no sabría decir si como conseller o como
que.