Publicado en debate callejero 22/04/2013.
C+,…
… al poco de hablarme de uno de tus filósofos en Alcanar le leí en una entrevista en esa revista que acostumbro a tener entre manos. Con su estilo llamativo, qué facha llevaba, dirían nuestras madres, hacía gala de su anarquismo e inconformismo. A mí a me parecía más que nada elitismo. Ni tú ni yo tendríamos no sé si llamarle bagaje cultural o simplemente estudios sin el estado por en medio.
Habrán sido importantes nuestras familias, seguro, la base estará ahí. Pero los conocimientos, las lecturas o las inquietudes que tenemos no estarían sin ciertas instituciones como la escuela. Un no por el no, no nos hubiese servido. No hubiésemos tenido un refugio y palanca en la biblioteca familiar como él, ni siquiera habríamos abierto la puerta de una biblioteca pública si no hubiese sido por la “obligación” que nos puso alguna profesora para consultar torpemente algún libro en ella. Y aquella señora lo haría pensando junto a nuestros padres en nuestro futuro.
Él el anarquista, y yo aquí voy camino de razonar como un conservador en toda regla. Lo suyo será en su puridad semántica anarquismo, pero me dio la entrevista una semblanza de cierto punto elitista, y no precisamente liberador. Todo esto leyendo una sola entrevista, espero más referencias tuyas para que me hagas cambiar de opinión.
A ratos también le daba por los juegos de palabras, de marear las frases, con “sís” y “nos” para dejarme fuera de juego la brújula. Pero dentro de lo que cabe, hablaba claro en lo que recuerdo, porque por encima de molestarme en algunos prohombres de las izquierdas el elitismo disfrazado de ir a la contra y el pasotismo, me matan los soliloquios a la francesa o el cientifismo sin venir a cuento.
En otros números de la misma revista hay algunos fans de esos filósofos franceses que no sé si por el clima les da por meternos en una niebla de blablablas. Les dan tantas vueltas y revueltas a las palabras y a las frases que me hacen llegar a la conclusión que en el reverso de sus palabras no hay nada. El mérito es que viven de ello sin mancharse. No quiero un catecismo, pero sí por lo menos algo de orientación, si no en la recta por lo menos en el plano.
Algunas de estas cosas ya las pensaba en primero de COU, cuando me quedó filosofía, parecía que aquello iba más de marear la perdiz con el ánimo flipado como hacían algunas chicas guapas de clase, que en ir al grano y llegar a alguna conclusión práctica. Ahora bien, ellas aprobaron a la primera y yo pude hacer un segundo de COU aunque parcial, fiel a la institución pensando en la copla:
“En un cuartito los dos,
veneno que tú me dieras,
veneno tomara yo.”