Ella: Cruz
La tele encendida, la radio ardiendo y pensando en quemar el periódico después de los atentados de Londres. No acaba de entender lo que le dicen, echa en falta mucho que no le dicen. En estos casos siempre le dan ganas de volver a la tetralogía de Buru de Pramoedya Ananta Toer entre los libros amontonados en 2 líneas de las librerías. Aquel Minke periodista en la Indonesia colonial al que se le contraponían los valores europeos de la ilustración llegados con el invasor holandés con la constatación que un javanés como él no tenía los mismo derechos del civilizado europeo recién llegado.
No se habla de los Minkes en los análisis de lo ocurrido en Londres. Ni una palabra del no tan lejano colonialismo e imperialismo inglés, solo loas a la democracia inglesa y sus valores, y su flema democrática. Fotos de gentes de fuera que han llegado como si fuesen novedad, cuando sus padres o ellos mismos eran súbditos británicos sin haberse movido de casa. Ni una foto del príncipe Harry ataviado de militar en Irak, para no tener que explicar qué hacía el príncipe Harry armado en Irak. Se vieron las fotos en su momento pero le hierve que ahora no se conecten todas las fotos e informaciones y tiene que reconocer que aun así su sonrisa es de interés. !Ay el lado oscuro! Y nada más oscuro que el deseo y la verdad.
Lo apaga todo, pero no se cierra nada en su cabeza. Dolor.
Si se pueden hacer tanto daño con un coche y un machete, se puede suponer la clase de infinito horror y daño que se puede generar con el armamento del sonriente y gamberro príncipe Harry y con los bombarderos de sus compañeros de armas. Los mandó allí su electo presidente, lo eligieron sus conciudadanos. Pero nadie es responsable, los crímenes de Blair no serán juzgados. No son comparables en justicia con los de Sadam, porque forma parte de los valores europeos las dos varas de medir.