A mí lo que me enseñaron en el colegio y en el instituto era que el catalán tenía 2 grandes variantes[1], la occidental que vendría a ser la hablada en la Franja de Aragón, lo que son las provincias de Lérida, la parte sur de la de Tarragona y la parte catalanoparlante de la Comunidad Valenciana (lo que había sido Reino de Valencia); la variante oriental sería a grosso modo la Cataluña francesa[2], las provincias de Gerona y Barcelona, Andorra, la parte norte y este de la provincia de Tarragona, las Islas Baleares y el pequeño enclave de l’Alguer en la isla italiana de Cerdeña.
No entraré ahora en profundidad en las diferencias entre los dos dialectos principales del catalán, tampoco soy filólogo, pero principalmente son fonéticas. En el caso del oriental no se acostumbra a pronunciar la “r” al final de palabra y las “a” y “e” átonas se acaban confundiendo en una letra entre “a” y “e” llamada neutra; la “o” y “u” átonas se hacen “u”. Los occidentales diferencian todas las vocales y además sí que pronuncian la “r” al final de palabra. A mí, la verdad, como castellano hablante aunque de zona oriental, me resulta más fàcil la variante occidental y, dicho sea de paso, en la universidad con quien realmente empecé a hablar en catalán era todo un occidental de Juneda (Les Garrigues). Pero tanto una cosa como la otra ahora son irrelevantes.