domingo, 15 de mayo de 2022

¿Una Lega Anticolau?

Hace días que no se habla tanto de Salvini y su Lega, y parece que la representación de la derecha extrema italiana por él representada está aminorando o siendo embridada. No lo sé, pero este de la Lega es un fenómeno bastante interesante y que como mirón en Cataluña me ha ido dando algunas posibilidades de comparación, reflexión y jugueteo.

En su momento lo que ahora es la Lega nació como un partido solo para el rico norte de Italia. Se inventó, como todos una nación, e incluso llegó a jugar a la independencia y los referéndums un rato. De hecho, tenía un lenguaje y unos posicionamientos despectivos con respecto al sur de Italia que pasaban en lo más moderado por mantener que el sur, empezando en Roma, les robaba. Pero entre unas cosas y otras, alianzas con Berlusconi y otros herederos del fascismo italiano, ha llegado a ser una fuerza para toda Italia, y quitando el norte de su nombre para pasar a ser la Lega con sucursal al sur, al final es una Lega para todos.

Un partido que nos han ido caracterizando como la extrema derecha italiana, no solo de su norte sino de toda Italia. Eso sí, una derecha puesta al día, pero con esos discursos y hechos antieuropeos, antiinmigración, nacionalismo, chovinismo,… los problemas nos vienen de fuera… de fuera de Italia. Especialmente crudas fueron sus acciones con los naufragios que le llegaban desde el cercano norte de África.

En Catalunya, como en el resto de España, ha ido emergiendo una derecha que va haciendo suyos algunos ítems de las nuevas derechas extremadas europeas. Siempre parece por eso que los respectivos nacionalismos de unos y otros no les permiten ponerse de acuerdo por su yo nacional primero. Pero siempre puede germinar una entente como ya ha pasado en otros momentos.

No deberíamos olvidar que en España el primer sitio donde estuvo a punto de eclosionar una nueva extrema derecha fue en Cataluña, con Plataforma per Catalunya, se quedó a puntito de entrar en el parlamento catalán y llegó a tener una importante colección de ediles en ayuntamientos tan destacables como l’Hospitalet y Vic. En esta última ciudad, fue donde nació de la mano de un veterano de Fuerza Nueva, que pasó de una idea nacional española muy concreta de los más directos franquistas, a una matización de ese nacionalismo con una plataforma sólo por Catalunya. Tampoco deberíamos olvidar los experimentos de un joven Albiol por el PP en Badalona, extremando y tensando con ciertos temas que le llevaron a la alcaldía de su ciudad, eso sí sin abandonar la idea de España en ningún momento. Es lo que tiene acompañarse de buenos asesores.

Con esas ideas y ciertos posicionamientos publicados e incluso organizados en formas de movilizaciones variopintas contra la idea de lo que representa el actual gobierno de la ciudad de Barcelona, me ha dado por pensar si los anticolauismos pueden llegar a solidificar en una nueva derecha populista de estas que están en boga en Europa tanto para españolistas como para catalanistas. Si en ese maremagnum de intereses económicos e ideológicos se pueden poner de acuerdo de alguna forma en el nosotros nacional, porque la crítica que lanzan esas derechas en sí es la misma, e incluso parece que a veces siguen el mismo camino de lava hacía la plaza de Sant Jaume. Una crítica que, en estos casos a los que me refiero, es zafia y maniquea y de un egoísmo grosero, del sí a mí me va bien que los demás espabilen y nosotros somos la normalidad.

Una reunificación de la vieja Lliga, la de los que despidieron a Primo de Rivera al coger el tren en Barcelona como Capitán General de Cataluña para llegar a Madrid como Dictador monárquico para toda España y luego montaron un servicio de espionaje en Francia al servicio de Franco. Así dicho, a lo bruto.

Habrá quien dirá que eso que pinto podría haber sido Manuel Valls y que precisamente fue él quién decantó la balanza con su apoyo a Colau y la hizo alcaldesa al haber priorizado el nosotros España al nosotros Catalunya. Una escaramuza donde todavía se están tanteando y habrá que ver cómo se reconfiguran las piezas, con situaciones de la aguerrida crítica de un Maragall de ERC en el ayuntamiento de Barcelona al gobierno municipal para luego asumir el apoyo de los Comunes y de su líder Ada Colau a los presupuestos catalanes. Dato importante, se abren vías de agua en el gobierno de JxCat, ERC y otros aliados que parecen anunciar un tiempo bueno, no me atrevo a decir si mejor o volviendo lo de siempre.

Podría ir poniendo más piezas que no se saben cómo encajaran, desde “la movilización” del anticolauismo ex-convergente de Barcelona es imparable que sumó variopintas y pintorescas muestras de populismo nostrat, con otras claramente reaccionarias a posicionamientos de ex participantes de la movilizaciones de la Assamblea Nacional Catalana de apoyo a las formas de hacer política económica (¿hay otra?) del PP de Madrid, en comunidad y ayuntamiento, con lo que eso significa. Ese tipo de dardos a la evolución económica y prioridades que nos hemos dado en Barcelona y que algunos no acaban de asumir. ¿Ayusismo en Madrid y Anticolauismo en Barcelona como catalizador identitario y económico?

Publicado y debatido en Debate Callejero el 24/11/2021.


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