martes, 26 de octubre de 2021

El Oficinista: Cuando la yaya dejó de trabajar.

La mujer siempre ha trabajado, una cosa es que se nos tenga en cuenta, pero trabajar siempre hemos trabajado. En el hogar si quieres, pero no solo en cosas de la casa. Mira que es esclavo trabajar en casas, que en un bar lo es, pero trabajar en casa lo es más, me acuerdo de las montoneras de ropa para coser, mi abuela, la yaya y yo. Y era un no parar, muy esclavo el trabajo en casa, si puedes evítalo. 

La yaya decía, un día querré no trabajar, y poco le duró. Justo dejar de hacer cosas así en casa de las que hacíamos y empezarle un malestar en este hombro. Y empezar a ir al médico y no le veían el qué, y seguía con el dolor. Poco disfrutó de “no trabajar”. Luego el brazo le dolía al ir para atrás que no podía hacer así, ¿ves? Y médicos, ahí sí ya acabó viendo el de la Seguridad Social lo que tenía, que tenía Parkinson. Entonces no se sabía mucho de esta enfermedad, le llamaban la enfermedad de Franco y poco más sabíamos. Ahora las cosas han avanzado mucho pero entonces..., costó que le dijesen lo que tenía y fue a médicos por su cuenta y de la seguridad social. El que se lo encontró era de la Seguridad Social, sí, y le dijo consulte y mire, pero ya le digo yo que no hay mucho que hacer. Ahora mismo. 

lunes, 25 de octubre de 2021

La culpa de todo la tiene La Colau

… y el espíritu de Lenin que le sale por los poros

Arrecian fuerte las críticas al gobierno de esta ciudad llamada Barcelona. Realmente el foco de las críticas no es el gobierno de la ciudad de Barcelona y las dos organizaciones integrantes: Barcelona En Comú y PSC.  O la parte principal y más visible que es BComú, sino simplemente La Colau. De cualquier cosa la culpa no es de la coalición de gobierno, del gobierno o de la alcaldesa, no, la culpa de todo la tiene La Colau.

En otros momentos he escrito de la larga lucha entre el Partido del Motor contra el Partido del Peatón, no ya durante los 2 últimos mandatos municipales de BComú, sino ya de aquellos tripatitos con ICV-EUiA y la reducción de velocidades y otras medidas que nos alineaban con las exigencias de la Unión Europea en materia del aire que nos gastamos por aquí. Hasta de eso tendrá la culpa La Colau, tanto de que el aire en la ciudad esté contaminado como cuando toma medidas para reducir el uso del coche en la ciudad donde por cierto hay suficientes alternativas para moverse internamente. Ahora en esta vieja lucha se han sumado a la contra por una parte antiguos gerifaltes de la ciudad que ahora no pintan menos o que viven lejos y fuera de la ciudad para respirar aire sano y quieren entrar en el centro con su coche como periodistas y opinadores en la misma situación; lo siento, en este debate los Barceloneses primero. Y los otros que se han sumado son los que hacen la principal crítica al llamado urbanismo táctico, y añadiría, de urgencia, por las restricciones para caminar y las necesidades de movimientos de nuestros cuerpos al salir de los primeros confinamientos, es que no son bonitos, que si tiene muchos colores y soplapolleces del estilo. Hacen de su caballo en favor del motor y la contaminación que implica la cuestión estética, porque no hay motor sin contaminación. Que si somos una capital del diseño y su visión estética. Claro que ahora diremos todos que el Cobi nos pareció bonito cuando lo parieron, pero en un inicio solo salía ganando comparado con Curro.

Gentes que hablan como si no hubiese una pandemia mundial y lo que implica de emergencia. Oigan, un día más tarde que temprano dejaremos de gobernar y si tienen que volver los convergentes o sucedáneos, solos o apoyados con el PP, deberán aguantar muchas de esas restricciones al vehículo privado y las harán suyas. Se agradecería que dejen de mentir como si fuesen un invento de La Colau, o que aclaren si reciben a Greta Thumberg o la combaten.

Sí, la crítica es necesaria, sí, pueden seguir teniendo voz en este sentido esos opinadores de buen aire en sus casas lejanas, pero los que vivimos aquí en Barcelona también tenemos derecho a decir que nos gustan por ejemplo los fines de semana con las restricciones al coche privado en Carretera de Sants, lo que nos produce ganas de salir a tomar el aire y pasear. También tenemos derecho al espacio público en toda su magnitud y no como una anécdota.

Por otra parte, tenemos a los críticos con la seguridad en Barcelona. Que hay un robo o un alunizaje o algún estirón en la ciudad, la culpa es de La Colau, pero no dude en responder a los nacionalistas que acostumbran a culparla que la seguridad así a lo grande es cosa de la Generalitat y su Conselleria d’Interior. No vamos a hablar de las ratios de Mossos por habitante en la Gran Barcelona comparado con otras zonas. La Guardia Urbana asume también este tipo de tareas pero me gustaría que estuvieran más libres para poder dedicarse al tema de las ordenanzas de civismo, la otra gran crítica a ella y no a sus paseantes. También tendrá la culpa La Colau de los botellones, como si no hubiesen pasado en más lugares. De hecho en las últimas fiestas de la Mercè, mientras algunos le echaban la culpa a La Colau una vez más, uno de los dueños de Confecciones Ros que había sufrido un lamentable asalto después del botellón de Plaza España, se quejaba de los Mossos no habían llegado hasta las 10 de la mañana cuando están literalmente a 5 minutos. Repito, la seguridad es principalmente un tema de Generalitat y Mossos desde cierta vertiente, pero también digo que, ante tamaña aglomeración de personas, con alcohol por en medio y ganas de expresar tantas cosas, una minoría la puede liar bastante grande y cierta respuesta puede ser más que contraproducente. De hecho, igual los más recalcitrantes de los independentistas podrían tomar nota, y los que jalearon ciertas quemas y barricadas hace unos meses y años no hacerse ahora los sorprendidos.

Sí señores y señoras convergentes, nacionalistas de vías diversas, derechistas varios y elitistas transversales. Esto no es contra Colau, esto es contra nosotros, ciudadanos y vecinos de esta ciudad que también tenemos derecho a definir esta ciudad para lo que consideramos nuestras necesidades y futuro. De un ayuntamiento que se persona ante los desahucios, que ha intentado medidas drásticas para el acceso a alquileres y viviendas, que quiere menos coches, que ha gestionado para pasar varias escuelas privadas a ser propiamente públicas aunque la educación es tema de la Generalitat, que es consciente del problema de las basuras… y todo en medio de una pandemia contra unos personajes y lobbies instalados en el NO a los que vivimos en esta ciudad y la imaginamos con intereses diferentes a los que siempre han tenido el bolígrafo para dibujarla.

Publicado y debatido en Debate Callejero 11/10/2021.

 

domingo, 24 de octubre de 2021

Si comparar es odioso, no hablemos de los sueldos

 Mi padre ya está jubilado desde hace unos años, también de debates sobre si pasar a alguien en la autopista por el carril de la derecha es adelantar, o simplemente rebasar. Un clásico junto a las comparaciones de sueldos que me explicaba, que “nosedonde se cobra más que en la SEAT” le decían según me explicaba y aprovechaba para enseñarme que así no se podía comparar. Por una parte porque le decían el sueldo neto por paga, pero el interlocutor no le decía cuántas pagas, así que para él estaba claro que aquella otra gente de la que le hablaban no cobraba más que la SEAT. No sabría decirles cuántas pagas tenían o tienen en la SEAT pero eran más de 16, porque les hacían prorrateos.

Sí, parece obvio, pero oigo todo tipo de cosas que a veces me dejan desnortado. En mi sector profesional, la consultoría informática se lleva bastante lo que se llama “freelance”, un autónomo en el sector informático. Alguna vez alguien se admiraba de lo que pueden cobrar. Y será verdad, doy por supuesto que mis interlocutores saben que eso es en bruto y que luego hay que descontar impuestos, pero no sé si cuentan que de esas facturas tienen que descontar las vacaciones no pagadas, cuando no tienen clientes, el tiempo de buscar nuevos proyectos e incluso de gestiones para cobrar. No sólo es el trabajo propiamente informático sino contar con otros imponderables y gestiones para las que también hay que valer.