En las organizaciones modernas lo realmente relevante de los jefes no es su jefatura en sí, sino los liderazgos e inspiración que dan a sus equipos o a aquellas personas que les seguimos, ya no tanto por obligación sino porque nos hacen admirarlos. E incluso algunos de estos líderes prototípicos dejan su impronta más allá del ejercicio de su cargo.
Yo soy de los que cuando pienso en el rey, en mi rey, el primero que me viene a la cabeza es Juan Carlos I y me tengo que concentrar unos segundos más para caer en la cuenta de que ya no es el rey. Pero su estela, su liderazgo y el ejemplo real le siguen y le seguirán como el de aquel gran guerrero de la edad media, ora a las órdenes de los califatos, ora a las órdenes de los reinos cristianos. Es el Cid de nuestros tiempos.
Actualmente, el ejemplo real está claro para todos. Por real me refiero al que nos explican ahora, no lo que nos explicaban del monarca cuando Borrell estaba en el gobierno y no había fake news. Era simplemente una verdad consensuada y sobre todo muy responsable. Vamos la verdad.
Su ejemplo empezó en casa, en la familia. El liderazgo más potente, el más irradiador lo ejerció en casa. No es fácil ser yerno, pero si te saben orientar coges más fácilmente el truco. Quedó claro para Iñaki, la forma más coherente a su estatus de ganarse la vida y la mejor forma de hacerlo así como la maestría en ese sentido de su suegro. Algo acabaría fallando, pero dónde una mano coge la comisión y otros apaños, la otra, la otra… la otra es otro ejemplo que hoy no toca.
A Iñaki parece que no le quedó bien del todo el negocio, el truco era más profundo o en todo hay ligas, o más oficio o realmente una vida preparada para ello o con maestros todavía más grandes. No el de un padre tuvo el rey quizás, sí el de alguien que casi casi lo era. Por lo menos el que lo parió como rey. A Iñaki le faltaron los abogados que le sobran a J punto C punto I punto, y mira que alguno de sus dos principales abogados le dejó, así que sin ellos habría sido peor.
Aun así, no nos ha dado tiempo a escarmentar a las nuevas generaciones. Y hay nuevas hornadas de comisionistas, sobre todo en la villa y corte. Ha pesado el ejemplo real, y unos no ya tan jóvenes han seguido la estela del monarca y han hablado con otros para cerrar unos contratos de unas mascarillas en tiempos convulsos. A mí me da que más allá de la reprobación moral y pública la cosa no va a quedar más que en aspavientos. Este capitalismo es legal, y si lo hacía el primero de los españoles cuando crecíamos y él era el ejemplo para los siguientes, ¿cómo acusarles de hacer algo ilegal? Seguir el ejemplo de los padres no puede ser ilegal. El ejemplo paterno es sagrado, como lo es un rey.
Y ni decir tiene, que si además de comisiones le ponemos pelotas y la palabra España. Y Real. Y Deporte. Y valores. Y alguna mentira entre medias de las pensadas para olvidar pues nos encontramos que los mejores y más destacados alumnos son Rubiales y Piqué. Y todo será legal, aunque intranquilizante para alguno de ellos, cuando en su momento no lo explicaron así. Pero no se pude fallar a nuestro rey, y es loable tener un pensamiento para él, aunque sea para hacerle trabajar.
Pero vamos, quejarnos de los comisionistas de las mascarillas o de los del fútbol en Arabía Saudí cuando han mamado el ejemplo desde pequeños no sería justo. Es nuestra oligarquía amigos, o es el capitalismo realmente existente, o ambas cosas son la misma.
Dios, patria y fueros: al final las tres cosas son lo mismo.
Publicado y debatido en Debate Callejero 20/04/2022.
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