Me tengo por persona educada y tolerante, por eso no creo pedir demasiado si les pido a los demás educación y tolerancia conmigo en justa contraprestación. Miren ustedes que hasta les doy hoy vacaciones políticas de las grandes para no hablar de la alta política de corrupciones y robos de unos, de impotencias de otros y de ser criticados por intentar hacer algo para arreglarlo a otros.
Hoy hablo no ya de la pequeña política, sino de la micropolítica, de esa que nos afecta a todos. No pretendo meterme en lo que deben hacer los demás, tampoco quiero que se metan en lo que hago yo ni tener que hacer cosas que no quiero. Si usted quiere fumar, fume, no se corte, en su casa puede hacer lo que quiera, incluso puede ir a otras drogas más duras, pero a mí déjeme en paz, yo no quiero fumar cuando estoy en la calle, ni en el parque ni en otro espacio público. Y discúlpeme tampoco quiero que lo haga mi hijo. Ni tabaco ni marihuana por más que me insista usted en que es muy sana. ¿Qué si no tiene efecto ninguno para que la toma? Pero mire sea tolerante con nosotros y no me obligue a fumarla, que si no queda claro si Victoria Beckham dijo que España olía a ajo, ahora podría decir que Barcelona huele a marihuana sin equivocarse. Tengo buena voluntad, por favor que les autoricen como dios manda los salones esos para té y marihuana, o dejen de discutir sobre ello si en la prática se puede fumar en terrazas, parques y plazas y ya me quedo yo en casa a respirar el aire sin complementos aunque no suba tanto más allá de mi consumo ideológico de ciertas lecturas.
Sí, sé que soy muy tiquismiquis, pero tolérenmelo que cuando pretendo andar por esas aceras que no huelen a ajo lo pueda hacer sin tener que esquivar las motos encima de la acera o bajar a la carretera. Yo les dejo circular por donde les llegue la gasolina, pero a mi me que me dejen andar sin tener que hacer slalon de peatón. Y ya si les bajan el ilegal volumen que tienen muchas, mi corazón y tímpanos se lo agradecerá, casi me obligan a cerrar los ojos cuando no a dar un bote de sorpresa por el momento de estruendo en sí mismo. No porque las motos puedan hacer lo que quieran, que ya me he hecho a la idea. De hecho creo que me voy a comprar una estantería de aluminio, la dejaré en la calle y la llenaré con libros, que en casa ya hay demasiados, igual luego me estorba al andar y le quito un sitio a la moto de algún vecino, porque como él la estantería la pondré justo en la puerta que la pueda vigilar desde el balcón y que en los días de sol pueda recoger algún libro fácilmente. Si no quieren ser tolerantes conmigo por favor séanlo con la cultura y la literatura, ellas se lo merecen más que yo.
Y finalmente ya puestos, piensen en mi corazón y aparato digestivo, y déjenme beber en las fuentes del parque de al lado de casa sin tener pensar en que es más que seguro que allá haya babas de perro. No ya por mí, sino que mi hijo también bebe allí y justo al lado estaba el pipi-can con su fuente canina, aunque sea un sitio al que sólo van 4 gatos. Si no nos tendrán que tolerar que nos pongamos a jugar a pelota en alguna de las terrazas de la ciudad cuándo y cómo queramos, cantando o en silencio. Su vermut o cerveza será otra cosa con mis cantos.
En serio no creo pedir mucho, yo soy tolerante con que se droguen ustedes como quieran mientras no me armen jaleo, o que contaminen en moto o tengan perro, y ustedes sean tolerantes conmigo si no quiero fumar marihuana, andar tranquilamente por la acera y usar la fuente de agua en condiciones.
Muchas y tolerantes gracias por su paciencia y el ahorro en psicólogos, y si no les importa me levanto del diván: sonrío y pongo buena cara para salir a la calle a convivir, que es un verbo que se me hace muy difícil.
Publicado en Debate Callejero 03/05/2017.
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