jueves, 24 de mayo de 2018

El deseo de cumplir las leyes.

La ley del embudo en Argentina es la más guapa con el más boludo, por eso a una amiga argentina le sorprendía que yo me quejase de eso con mi mujer, esa es otra historia. En cualquier caso me irritan mucho las dobles varas de medir, la ley del embudo española. Mi padre ya me lo decía, si el que bebía era un campesino iba borracho y decían que estaba pesado y si era un señorito iba achispado y estaba muy gracioso; con lo que parece que la ley del embudo era y es la ley. Y eso que tanto mi padre como yo aunque en la izquierda rotunda somos de normas, para convivir todos y nos las creemos.
Como ejemplo la reacción desde Ciudadanos sobre los manteros por el caso de la muerte por infarto de uno de ellos, Mmame Mbaye cuando huía en Madrid de la policía, aunque no me ha quedado claro de qué policía era, si la Policía Nacional, o como era habitual en Barcelona huía de la Guardia Urbana. Ciudadanos se niega a despenalizar el ‘top manta’ y pide a Podemos que respete la propiedad intelectual, leído así puede parecer que Podemos quiere legalizar el top manta, pero no, simplemente pide “que la venta ilegal en el ‘top manta’ se castigue con una multa administrativa en vez de con penas de prisión”, además en la noticia Albert Rivera incluía una frase muy interesante en la que decía “que si la formación liderada por Pablo Iglesias “quiere convertirse en el sindicato defensor” de quienes “incumplen la ley”, Ciudadanos será “el partido que defienda la legalidad democrática, la propiedad privada de los ciudadanos y la convivencia en los barrios””.

Llegué a estos links, siguiendo a alguna de mis obsesiones cívicas, cuando me topécon la noticia de que la Carina Mejías, portavoz municipal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Barcelona, quiere que no se cumpla la normativa de motos en las aceras. Ella no lo expresa así, lo adorna un poco como corresponde a esta época de relatos “Cs pide a Colau que no aumente la presión a los motoristas”, pero entendiendo de qué va el rollo a estas edades nuestras y de la lectura del artículo queda claro que pide a la alcaldesa Ada Colau que no sancione el incivismo y apropiación de las aceras por parte de los motoristas contraviniendo las ordenanzas municipales, que por cierto son muy razonables, y pide concienciar y otros tipos de medidas. Pide que no se cumpla la ley, y parece más bien la líder un sindicato defensor de quienes incumplen la ley, sin son de “clase media”.
Estos son un par de ejemplos en los que yo interpreto la necesidad de la laxitud en la aplicación de la ley, justamente al contrario de los que parecen partidarios del orden a rajatabla. Creo que es más razonable que en el primer caso la aplicación de las norma sea más tolerante, o más medida, ya que estamos hablando de derechos como poder rebelarse contra un derecho secundario como aparcar la moto donde le plazca al motorista, si existiese ese derecho que yo lo dudo.
¿Por qué un tema como la venta del top manta se acaba convirtiendo en un asunto de gestión municipal y no lo atajan de raíz en los puertos por donde entran esos contenedores? ¿Quizás porque hay penalizaciones económicas si los contenedores no se gestionan rápidamente en los puertos o algún argumento similar? Es evidente que la ley se aplica pensando en proporcionalidad y coste beneficio, a desgrado del criterio de Pérez de los Cobos, el del “El cumplimiento de la ley está por encima de la convivencia“. Que nadie se lo explique a don Pérez, por favor, esto ni cómo se han ido aplicando las normativas con los excesos bancarios de todo tipo, ya que él no debe leer prensa.
Quizás he entrado en harina con temas excéntricos, pero podríamos hablar de cosas como el 0,7, ¿por qué tuvieron que movilizarse algunos para sacar ese compromiso de solidaridad por parte de las autoridades? ¿Alguien sabe si se cumplen esas normas que se implementaron?
O volviendo otra vez a mi padre, sería importante saber qué parte de la constitución es la buena, la que se ha de cumplir y si eso, quitemos la que no, dejémosla limpia y volvamos a votarla no sea que mi padre se empiece a sentir engañado y así por fin sepamos a qué ley debemos atenernos.

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