domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Para qué escribir en estos días?

No quiero escribir, no merece la pena. Da igual. No tengo nada que hacer políticamente ni capacidad para incidir. Casi toda mi vida política como quien dice, ha sido estando en minorías, pero nunca hasta ahora había pensado así. Que lo que hiciese, que mi militancia y mis actos correspondientes a ella, no servirían para nada.
Dos bandos nacionalistas que se llenan la boca con DEMOCRACIA y frentes unitarios y, claro está, democráticos. Nada, ni una palabra, de como se han repartido los resultados de la crisis, nada sobre los problemas de la vivienda, nada sobre los recortes en educación y sanidad, nada sobre el paro. Democracias sin pan, trabajo y techo para todos, pero sí mucha nación.

Todo se resolverá en Cataluña si somos independientes y en España si permanecemos unidos. Cuando ni unos y otros han hecho políticas serias en lo que les tocaba en estos temas. Porque es que, ojo, somos de la UE.
Aquí creo ya haber dicho casi todo lo que debería decir sobre el tema nacional desde “Preguntas para todos en esto de las relaciones de Cataluña en España”. Podría reiterarme con críticas a los independentistas, aunque acompañándoles, como en “El 1-0 votaré NO (1/2). A pesar de Marta Rovira.” cuando escribía:
Además la entrevista también nos da en su titular una medida de los límites de la consulta que no parece querer reconocer el independentismo “Marta Rovira: Si el estado nos interviene, se tendrá que hacer un frente nacional para recuperar las libertades.”[3] Es decir, pasamos de tener que oír y leer permanentemente por aquí que el 1-O habrá un referéndum vinculante[4], es decir que al día siguiente el único gobierno al que hay que hacer caso es el catalán, pasamos, digo, a la nada más absoluta. Volvemos a nuestros octubres catalanes, de la revolución más plena, a no tener autonomía, ¿quizás para dos años más tarde volver a celebrar la autonomía pero en peores condiciones?[5].
Pero por otra parte tenemos a un nacionalismo español machacón con la visión de la democracia de vía estrecha leguleya. Y sigo teniendo pendiente seguir con las columnas de aquel ABC que seguro que resultan muy ilustrativas de cómo lo ven. Pero harían muy mal algunos de pensar que los nacionalistas españoles o el PP es un bloque monolítico, no lo era ni el franquismo. En todos los partidos políticos hay muchos subpartidos e incluso en eso que llamamos estado o derechas. Veremos de cal y de arena en todo proceso, a veces pensaremos que vamos a la guerra y a veces que lo tienen todo hablado. Podría reiterarme criticando a Rajoy como en “El 1-0 votaré NO (2/2). A pesar de Rajoy”.
Se aplicará la ley, pero como siempre, no entera. Las derechas españolas la pueden aplicar como aplicaban las derechas de aquí y allá los decretos de servicios mínimos los días de huelga y, pasada la huelga, un juez decretaba que eran ilegales. Seguimos teniendo juicios por la última huelga general, la de verdad, y en los que también hubo prisiones preventivas sin calificar.
O se aplicará como la amnistía de Montoro.
O llevarán a prisión a la mesa del Parlament por dejar debatir.
Pero qué más da lo que diga. A estas alturas el plan creo que es apelar sólo a las emociones para anorrear nuestra capacidad de razonamiento. O esa forma de mentir que es parcializar la realidad. Y todo parece una broma, todo parece ya que sólo pueda ser tomado a broma en su dramatismo.
Pero estamos no ya bipolares, sino tripolares y caminos del tretapolarismo las izquierdas de por aquí.
Pero miren, pasó la crisis económica. No existe, no se habla.
Pero miren, ciertamente creo que ni los Jordis ni los consellers de la Generalitat deberían estar en la cárcel, como ya lo pensaba con los presos y represaliados de la última huelga general, la de verdad.
¿Pero qué más da? La razón (política) no importa.
Publicado en Debate Callejero 07/11/2017.

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