Volvíamos el viernes, viernes santo en el calendario oficial, de celebrar un cumpleaños en las afueras de Barcelona. En una masía restaurante, aunque haya mucho bla, bla, bla, la mayoría de la gente que puede aprovecha estos días no para celebrar la fiesta más importante del cristianismo sino para hacer vacaciones y aprovechar el incipiente sol si las fechas cuadran. Factor fundamental el de la donde cae semana santa. Si se le quiere buscar algún valor cristiano sería la importancia de la familia, eso sí reducida y a ser posible más vinculada a los amigos.
Volvíamos a la ciudad y en la calle Aragón, antes de llegar a plaza Catalunya alcanzamos un grupo en procesión con las cabezas tapadas en morado. Todo el cuerpo y con cuerdas en el cuello alzando un cristo. Dicho así puede parecer normal. Pero incluso me sorprendió a mi mismo que no quería que mi hijo viera aquello.
Alguno pensará que es para no dar explicaciones religiosas que le puedan tentar. Se equivocan, soy partidario de las vacunas, un poco de contacto con lo que se quiere prevenir acaba funcionando mucho mejor que ningún contacto con lo que se quiere evitar. No sólo eso, él también tiene derecho a ir eligiendo sus ideas. No quería porque vi una cosa cosa bastante fuerte para su edad, unos encapuchados portando a un señor torturado y casi desnudo en volandas. Porque eso es el cristo que portaban, un señor al que han colgado con clavos de sus manos y sus pies y al que finalmente lancean dejándole unas heridas en los costados.
Me sorprendió mi reacción. Él no vio nada o casi nada, y al comentarlo más tarde con mi mujer me reconoció que a ella le pasó lo mismo. Con mi hijo he visto iglesias y si me pregunta le explico diciéndole cosas como “aquí los católicos, o los cristianos se reúnen o piensan que…nosotros no lo somos”. Por más que insistan esto del cristianismo no es cosa de todos y la mayoría de las veces durante los últimos siglos ha luchado contra cualquier idea de progreso: democracia, derechos de las mujeres, uso de la razón… y si al final lo han aceptado ha sido para no quedar fuera de juego. La prueba está en que cualquiera de estos ejemplos son aceptados de cara a la sociedad pero no son aplicados internamente.
Sé que en algunos lugares de España hay ya procesiones para los más pequeños. Lo que es ir haciendo cantera, no sé si hay una edad mínima o lo que les explican o si no son tan tiquismiquis como yo. Para el año que viene me pondré las pilas y lo investigaré como si fuera una tarea escolar si acompaña el sol esperando que el segundo trimestre escolar no sea demasiado corto comparado con los otros dos.
De todas formas si me sorprendió mi reacción no todo estará perdido para mí, deberé procurar no ir a caballo, escapar de las sombra de las palomas y de cualquier fuente de luz que no sea eléctrica. Aunque incluso deba hacerlo también de estas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario