martes, 11 de agosto de 2009

De cuando faltó Isaac Rosa y me descubrieron a Marta Sanz aporreando a Mendoza, Larsson y los demás.

  • Literatura y compromiso (II)
  • No queremos problemas, sirvame rápido.
  • Larsson también es panfletario.
  • Cultura de masas contra la cultura popular.

Publicado en soitu el 28/07/2009.
Apreciado Pratxanda, al final no vino Isaac Rosa, uno de tus gurús, a la cita convenida. Problemas personales le impidieron venir a la charla sobre literatura y compromiso. Lo personal es importante, ya lo sé, hay problemas y obligaciones que a veces obviamos cuando hablamos de política. Quizás por eso en algún momento la iglesia católica decidió que sus militantes de vanguardia fueran castos y puros, o cuanto menos no se casasen o tuviesen hijos. Un error creo, como si la vida, nuestras vidas estuvieran fuera de la política, cuando creo que es al revés. Como tú tampoco pudiste venir, también por las cosas personales, y aunque ya hayan pasado unos días de la cita e Isaac Rosa no viniese, pues te comento un poco como fue. Ya escribí sobre la primera intervención, la de Higinio Polo. Y hoy quizás pretendo elevar a los altares de tus diosas (Les nostres deesses) a una nueva. Se llama Marta Sanz, y si puedes substituirla por la piratilla valenciana, pues mejor que mejor, se que es difícil. Roma se hizo grande asumiendo más dioses y de más lejos pero no substituyéndolos, además que es novelista y no diputada. E igual no se deja y prefiere que la leas, a mi me entraron muchas ganas.
Una cultura que no dé problemas. Lamentando los problemas personales que habían impedido la presencia de Isaac Rosa, Marta Sanz decidió centrarse en hablar del mercado cultural, contextualizada la actual situación por Higinio Polo. Un mercado cultural en el que vivimos la cultura como puro consumo, como un objeto lúdico más, y no como un objeto de transformación y conocimiento. En la situación que nos envuelve la cultura es un agarradero para entretenernos, un fast-food cultural listo para evadirnos. Suficiente tenemos con el trabajo y las hipotecas como para buscar algo que nos moleste en nuestro tiempo libre. Y más ahora, en una situación de crisis, necesitamos un respiradero.
El rodillo postmoderno. Los habituales también tienen sus ideas. En España se inició la postmodernidad en la novela con “La verdad del caso Savolta” de Eduardo Mendoza, de esas novelas con una bonita carpintería y un entramado que te hacían exclamar: “que novela más bonita” (1). Y desde entonces, tanto en nuestro país como en Europa todos hemos sido aplastados por el rodillo de la postmodernidad. La cultura ha servido para homogenizar los gustos y neutralizador de la política. No nos lo parece pero la cultura es la cristalización de una determinada forma de pensar. Por ejemplo de la ideología dominante (2), así no parecen panfletarios o ideológicos cuando escriben Prada, Muñoz Molina o Gala. En cambio cuando escriben novelas Isaac Rosa, Belén Gopegui o ella misma si son tildados de panfletarios (3) “por la socialdemocracia tolerante” (4). Como si la cultura tuviese que dialogar sólo con ella misma y no con lo real.
De Larsson y vampiros. Nos pidió que no confundiésemos cultura popular con cultura de masas, en esta época de Larssons y vampiros crepusculares, donde las cosas son buenas simplemente porque las compra mucha gente. En el canon se confunde la cantidad con la calidad, se intenta pasar por democracia lo que no es sino demagogia que entroniza al mercado. Se hace difícil disentir de esto. No se permite la crítica desde otros puntos de vista, desde gafapasta, cosa que reconoció que era verdad, hasta otras críticas de las que no tomé nota le valió decir que la trilogía Millenium de Larsson le aburrió (5). Sí, pude ver que sus gafas son de pasta y en un repaso por internet ví algunas críticas. Para ella Larsson captó en sus novelas las grandes opciones de la socialdemocracia y hasta donde es posible la crítica desde dentro. Que si el capitalismo tiene fallas no es por si mismo sino por chorizos como Madoff.
Memoria sí, nostalgia no. Y el clásico qué hacer. Lo que a ella le gusta leer son críticas a la obsesión por la buena salud, a la belleza, a los triunfos deportivos, a los aires acondicionados de frío y calor, a la falsa tolerancia, al miedo y a la seguridad, a la corrupción y a nuestra propia voluntad de dejarnos corromper un poquito. Contra la autocensura que se produce por los grandes grupos y el saber como y de que escribir para que algo sea un éxito. Le gustan ejercicios de memoria no como nostalgia, sino para cambiar el presente. Necesitamos más películas y novelas que toquen temáticas de la izquierda y de la memoria sin caer en la literatura de la lágrima. Se hace necesario rescatar todo el lenguaje que nos han robado a la izquierda: libertad, tolerancia o solidaridad. O no dejarse engañar con sinónimos que no lo son, por ejemplo capitalismo y democracia, o comunismo y horror. Hasta Bill Gates no han robado estas palabras poniéndonos cara amable.
Žižek en Soitu? Marta recordó que el filosofo Žižek dice que da la impresión que siempre hay culpables de los crimenes comunistas, se puede ir a buscar a Stalin, y si no a Lenin, y si no a Marx y si no incluso a Hegel, pero los crímenes del capitalismo no tienen nombres y apellidos (6). Si no que son “naturales”, esto forma parte de la ideología invisible. Son el tipo de cosas que la cultura y literatura comprometida deben hacer visibles y no es nada fácil ni para el que escribe ni para el que lee. Pero es necesario (7).
¿Alguien habrá citado a
Mis notas.
  1. No la he leído, debería hacerlo, se la debo a pedir a mi padre. Por algo se la regalé, espero que mi padre siga en la estela de la modernidad. Sí, mi padre sigue teniendo una idea muy clara de lo que debe ser un futuro de progreso.
  2. Cuando entré en AEP eso me enseñó el señor del tiempo cuando aún no lo era, “la idología dominante es la de la clases dominantes”. Por eso insisten ahora con lo de la “cultura del esfuerzo” la clases dominantes, cuando hablan pero no cuando publicitan.
  3. Para que lo entienda algún despistado, si tu a un trofeo futbolístico le llamas Copa del Rey eres “normal”, si dijeses que mejor era llamarle Copa de la Federación te llamarían “jodidorepuclicanoreconrosoypocodemocrataquenoaceptasquelaconstituciónlahemosvotadotodos” y luego ya tomarían aire.
  4. Va fuerte, va fuerte,… Marta Sanz, pero se agradece.
  5. Pero pienso yo, ¿es posible leerse 3 “libracos” en 72 horas y tener buena opinión de ellos e incluso de la lectura? Pero pillo por donde iba ella en la crítica. Le pediré a mi mujer que me los deje, igual en catalán gana respecto al castellano y el sueco.
  6. Madoff sí, ¿no?
  7. Siguió un debate con aportaciones y diálogos con la mesa interesantes.
Habrá que seguirla, aunque pueda dar cierto respeto su rebeldía intelectual cuando llevamos tanto tiempo domésticados para pensar de forma tan mansa. Hay que seguirla por hacia donde mira con sus gafas de pasta, y que "una lectora sentimental" siempre será de fiar en su búsqueda en el uso de las palabras.

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