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sábado, 25 de abril de 2020

Juzgar apresuradamente en una Cataluña enfrentada.

Hay mucha gente en las redes sociales haciendo notar lo cívicos que somos por quedarnos en casa, nos vanagloriamos de hacer lo que debemos y de dar las palmas adecuadas. Tanto en Twitter, como Facebook e incluso en grupos y estados de WhatsApp. Hasta ahí todo correcto, salvo que estamos empezando a condenar en la hoguera digital, e incluso callejera, a personas con situaciones que desconocemos, porque su vida no es como la nuestra para empezar y para seguir por que una foto no basta para condenar a nadie.

Juzgando rápidamente a los pecadores callejeros y acaparadores.

Al principio del confinamiento recuerdo en un grupo de personas socialmente sensibles, la foto condenatoria a una señora que en el Mercadona llevaba más de un carro con carne empaquetada. La foto llevaba ya un texto condenatorio y se añadió lo que se comentó en el grupo. Pero nadie sabía la historia de esa mujer, si compraba para ella, si compraba para una institución o para ella o sus vecinos. Ni nadie le habría preguntado, aunque es posible que a estas alturas haya algún texto o imagen en internet con una explicación razonable, mucho más que pensar que alguien va a meter 2 carros de carne en casa en varios congeladores.
Hay otras parecidas, de rollos de papel en un balcón con la bandera de España. Pero incluso en esta no estaba claro si era papel de WC como todo el mundo creía o de cocina como una detallista comentarista enmendada. Quizás aquí dejándome llevar por los prejuicios con las propietarios de banderas españolas en los balcones de Aragón hay motivo para si no condenar si reclamar penitencia.
También hubo algunos comentarios curiosos sobre las colas formadas por las gentes que se iban a segundas residencias, en las salidas de Madrid, Barcelona y Valencia el fin de semana pasado, 19-22 de marzo. Aquí el error ya venía por el titular y la experiencia de la semana anterior, pero por gente in situ del atasco en Valencia lo que realmente lo provocaba era el control de la policía que se podía observar en la misma foto que ilustraba las noticias y los tweets inquisidores.
O un video de youtube de una calle de l’Hospitalet titulado “Las calles de l’Hospitalet llenas de gente desde un coche policial”, el titular y el sesgo del medio nos parecían decir que estaba todo como un día cualquiera. Pero esa calle, Enric Prat de la Riba es una calle importante, nada se decía de la densidad de cualquier barrio de l’Hospitalet, ni había una imagen para comparar con un día normal. Pero lo que se veía era gente con carritos, colas delante de una carnicería del BonArea y conociendo la zona se sabe que un poco más allá hay un Lidl. El lleno de gente del titular era más que matizable.
Hay quien quiere dar la impresión de que todo el mundo está pasando menos una minoría elegida, y no es verdad por lo que veo y me rodea. Que haya gente que se lo salte, sí, mi vecino de arriba, que sea mayoritario, pues no. Y va y viene gente, pero no tiene nada que ver con un día normal. Hay quien tiene que ir a mil trabajos necesarios: supermercados, cuidados de gente mayor, transportistas… y no va a ir con un letrero en la cabeza pidiendo disculpas. No todo el mundo se puede quedar en casa ni sabemos cómo acertar.

Ahora sí, una Cataluña polarizada.

Hasta aquí puedo llegar en mí crítica costumbrista mientras en Cataluña las redes arden con juicios apresurados y duros, muy duros entre unos y otros. Unos contra Torra y su gobierno, por lo que entendemos de frivolidad y deslealtad y con sus yo ya lo decía que no son verdad. Con un poquito más de lo que pueda decir el gobierno, que hasta cierto punto tiene mucho de la línea de Ayuso. Pero aquí además tenemos a muchos procesistas contra el gobierno de PSOE-UP a mata degüello, incluso en grupos de WhatsApp, con un desparpajo increíble. Podría aquí justificar mi apoyo al gobierno central, y explicar mi percepción de la situación previa al cierre de colegios y confinamiento, y atacar al gobierno de Torra que me carga y mucho. No me apetece. Lo que preocupa más de todo esto, es que a juzgar por la vida digital, estamos ahora mismo en Cataluña más polarizados que nunca, llegando en algunos casos a cruzarnos el calificativo de asesinos fácilmente, siendo rápido y resumiendo. Dos bandos llamándonos cuanto poco irresponsables, en medio de una epidemia que mata, por ahora en la distancia digital.
En sí es un drama social y agravado con la epidemia, pero lo que es aún peor, es que con la novedad de acometer una pandemia como la actual, se puede estar seguro de pocas cosas. Es precisamente cuando tenemos que escuchar diversas visiones de prisma para dibujarlo completo y mejorar la situación. Y con las agresiones verbales que nos estamos infligiendo no llegaremos muy lejos, ni con las críticas ad hominem.
Insisto que aún es pronto para acabar de valorar todo el proceso vírico, y reconozco que hasta no hace mucho lo veía todo lejano y exagerado. Igual era el único y me molesta este minusvalorar a España e incluso a los latinos cuando parece que países del norte como Noruega proporcionalmente tienen más contagios que nosotros, y que otros como Suecia Holanda también están teniendo reacciones lentas. Por eso me pareció interesante la propuesta de un artículo en confidencial sobre la reacción de Taiwan y Corea del Sur, que vendría a decir, que venían escaldados de anteriores epidemias de hace unos años que aquí nos llegaron diluidas, y por eso reaccionaron rápido y bien en este última. ¿Sabremos sacar conclusiones o será como las de la crisis económicas de 2008?

Epílogo.

No se fíen ni siquiera de mis links, cada vez el contexto lo es todo y encontramos siempre una imagen que nos dé la razón.

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