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miércoles, 11 de mayo de 2016

La semana pasada voté sí.

Supongo que en el fondo a poca gente le importa pero en la consulta de Izquierda Unida de la semana pasada voté a favor al inicio de conversaciones entre IU y Podemos para llegar a una única candidatura común. Estuve dudando no se crean.

Partía de un sentimiento no del todo favorable, sobretodo y para empezar porque no parecía tener muy claro Podemos la necesidad política del acuerdo. Ahí estaba Errejón y sus tuits sobre el pasar de la izquierda al arriba y abajo o a lo popular. No sé si habrá declaraciones suyas sobre si mejor mar o montaña o sobre terra alta y terra baixa, o cualquier variante menos izquierda y derecha.

No sólo por Errejón, también la memoria sobre los hobbies del recuento de estrellas rojas y mochilas que tenemos los de IU. Era cuando parecía mucho mejor para Podemos venir desde un virginal voto al PSOE que el oponerse de mil formas y en mil contextos a los que representó los acuerdos que Maastricht y de construcción europea que ahora todos reconocen que está en la fuente de muchos de los males económicos de nuestra UE realmente existente. 

Además por otra parte tenía dudas de que catalanes y gallegos tomáramos parte en la consulta cuando tenemos nuestros propios ámbitos de decisión y no sólo eso, sino ya nuestros propios acuerdos firmados. Habrá que ir puliendo este federalismo a la carta de yo voy a tu casa pero tú no a la mía.

Pero voté sí. Me acabó de decidir que la mayoría de nuestras gentes nos lo piden, que viven una necesidad política de ese acuerdo y sobretodo que soy un desagradecido. Nunca como hasta ahora se había visto gente en los medios tan interesada en la pervivencia de IU, en lo importante de su proyecto, en hablar de todos sus sectores como he visto y oído los últimos días por tanto tertuliano de centro, centro-derecha y derecha. He encontrado el amor donde no lo esperaba, !Snif!. Pero soy rojo y por tanto un amoral. No puede ser que esta gente se preocupe tanto de la autonomía de nuestro proyecto.

La pervivencia de IU es secundaria, pero sus experiencias (buenas, regulares y malas), sus militantes (atención a la palabra) y su apuestas programáticas son muy importantes, para mí sí que hay cuestiones que son básicas en la izquierda y que harán que me quede en casa o en la oposición construyendo. Pero ahora más que nunca lo colectivo pasa por lo individual, si es necesario me echo a un lado, y doy el beneficio de la duda Iglesias y Garzón. Confío y espero que seamos capaces de sumar a toda IU.


Cuando escribo esto aún falta para acabar de concretar esos acuerdos y no descarto todavía nada: desde un no acuerdo hasta un acuerdo muy importante que nos permita realmente incidir en políticas y gobiernos del país. No será una acuerdo revolucionario en el sentido clásico y que algunos parecen esperar de nosotros en cualquier modo y situación, ya sea desde la caricatura o desde el fetichismo de las palabras pero no del de los hechos. Soy modesto: espero el control de ciertas fuerzas económicas y monopolios del país; que habiendo para todos no le falte a nadie y finalmente otra política internacional.

Publicado y comentado en Debate Callejero 10/05/2016.

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