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martes, 8 de diciembre de 2020

El bien y el mal: una del oeste

 Hará unos tres años vimos en familia en un CaixaForum a reventar de criaturas de la edad de mi hijo “Indiana Jones. En busca del arca perdida”, entonces él tenía 7 años. Flipamos toda la familia, por la película en sí, ¿quién no se deja llevar por una película de aventuras? y por el ambiente de disfrute colectivo infantil y familiar, porque es una situación que en los últimos lustros se ha hecho rara, la de ver una película en un cine con muchos espectadores y con ganas de pasarlo bien y demostrarlo. Demostrarlo como niños.

Película de aventuras a tutiplén: buenos y malos, suertes y desgracias, amores y justicia final. Lo del amor lo dejo para otro día, porque los amores de un rato no son amores. Mira, mira Senyoret U., los nazis son los malos. Y bueno yo daba por supuesto que mi hijo sabía quienes eran los nazis, ¡pues claro que no!. Ahora lo sabe por la explicación iniciada esos días, aunque no es fácil explicarle eso a un niño sin películas previas, y ahora sabe eso y en poco que la segunda guerra mundial la ganó la URSS. ¿Y qué es la URSS?


¿La de películas de aventuras y de buenos y malos… que habríamos visto nosotros con sus 10 años en TVE por ejemplo? Caballeros medievales, bélicas de la segunda guerra mundial,... e incluso de cruzados. O tebeos. Cosas que ahora no ven, o no les dejamos ver, y que entonces nos daban una versión del bien y del mal, y diversión y viaje en la cabeza. No solas pero junto a otras. Aún recuerdo Ivanhoe y el concepto paladín de Liz Taylor, y las de Errol Flyn, incluida Objetivo Birmania y las del séptimo de caballería. 


Había dado por hecho, que mi hijo sabía que era una película del oeste. Aunque quizás con otro nombre 

si no era del oeste: de vaqueros, de indios y vaqueros o incluso cow-boys o Far-West. Pero daba por supuesto que eran parte de sus historias pero no lo son, ni su mirada ni siquiera al ver a Woody en Toy Story 1, 2, 3 y 4. No sabía de qué le hablaba. 


En las primeras películas que vería del género el bien y el mal estaría repartido claramente para cualquiera de nosotros entre índios (indígenas) y civilizados colonos, o entre propietarios de tierras y ganado y cuatreros, o en los conflictos menos claros entre agricultores y nómadas ganaderos… Y luego ir creciendo e ir cambiando o entendiendo que igual la maldad estaba en quién me explicaba la historia respecto a la realidad, y ponerse en la piel del indio era lo justo y su inglés el mío. Pero en cualquier caso era una puerta a la moralidad. No sólo íbamos cambiando como espectadores sino también fueron cambiando las películas del género, pero con mucha lentitud, si cabe pensar que Bailando con lobos es ya de los 90 y aunque no la ví sé que ahí los buenos eran los indígenas americanos.


En ese bien y ese mal en una película del oeste se podían encontrar dos seguidores del género como Enrique Tierno Galván y Manuel Fraga, que quedaban incluso para verlas juntos. Seguro que un motivo era la sencillez moral: estos son los buenos y estos son los malos, y aventuras, amores y final con justicia. En el mismo género, aunque escrito, no sé si estaba Josep Maria Castellet o Carles Barral, lo siento pero los confundo, por lo menos uno de los dos descansaba de su trabajo lector leyendo alguna novelita de vaqueros. No sé si de Marcial Lafuente Estefanía o un Silver Kane de un rojeras como Francisco Ledesma Ramos. 


Ahora tengo pendiente ver alguna película de estas con mi hijo. Cuál será y cómo afrontaremos el bien y el mal y los arquetipos que veremos. Dejarse llevar y disfrutar o poner a caer de un burro como un pepito grillo al colonialismo anglosajón contra Apaches o Mexicanos y como ser un hombre. 


Una puerta a la contradicción moral y pensar en aquel compañero de la facultad mayor que yo (ejercía de profesor) y que con convicciones claramente izquierdistas, republicanas y antifascistas decía que por lo menos el franquismo transmitía valores de lo bueno y lo malo, pero los tenía. No tenía muy claro lo que me quería decir… valores con hipocresía, pero al final algo queda. 


¿Cuánto bien hay en el mal y cuánto mal en el bien? A fin de cuentas la vacuna es bien hecho poniendo ciertas dosis de controlada maldad; y hacerse mayor ir viendo que las fronteras son más amplias que los terrenos claramente definidos y que a fin de cuentas a alguna cosa hay que asirse para empezar ciertos debates y progresos. 


¿Apuesto por el Bueno, el feo y el malo? 


Publicado en Debate Callejero en 12/11/2020.













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