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sábado, 28 de septiembre de 2019

El 10-N iré a votar porque a mí me gusta votar más que a ti

Esto de las modas es brutal, o son las tendencias, o son simplemente las habladurías políticas, pero sea lo que sea es así. Después de tantos años con opiniones, no sé si sólo las publicadas o simplemente las oídas por ahí, o la de todo el cuerpo electoral, o de una mayoría de los votantes que apostaban por referéndums para todo y por todos, o los que criticaban los “apaños” de las cúpulas partidarias a espaldas del pueblo, o los que pedían segunda vuelta para todo, digo después de tantos años con estas cosas, ahora los hay que se quejan de que vuelvan a votar.
Pero sí, que los partidos tienen que hacer autocrítica, claro que sí. Y estoy seguro de que el que salga diciendo la culpa de que no haya gobierno es de nuestro partido por esto y por lo otro, ganará las siguientes elecciones. Seguro que arrasa, que esto ha sido así siempre. ¿Cómo se llama ese señor este mago de las campañas que conecta Albiol con Sánchez? Sí, Redondo, ese. Pues este Redondo le recomendaría a cualquiera que los 8 días de campaña  vaya diciendo no hay gobierno por mi culpa, y cada día se va desgranando una culpa, y a esos les va a votar hasta el Rey, el de ahora y el de antes.
Los de las segundas vueltas, que escuché como método para solventar situaciones como la actual, ya expliqué que eso no resuelve nada en un sistema parlamentario como el nuestro. Aunque de todas maneras, esa segunda vuelta que muchos reclamaban como desempate, ya parece que la tenemos aquí. Aunque  por otra parte, parece que la solución de Pedro Sánchez y Casado es que sea más fácil formar gobierno con mayorías más minoritarias. No sé para qué habla la constitución de proporcionalidad si luego de lo que se trata es de ir a sistemas de tipo mayoritario. O por qué se nos llena la boca de democracia y no democracia censitaria o de nueva aristocracia, ya puestos. Ya me estoy liando otra vez.
No voy a insistir con lo de todos los votantes son iguales, cada vez que oigo pedir dimisiones de todos los partidos y de todos los líderes por no ponerse de acuerdo. Lo bonito sería saber si antes no se quejaban de que llegasen a acuerdos por arriba. Porque ojo, si los votantes premiásemos los acuerdos y no la inmovilidad de principios en contra del pasteleo, no tendría sentido que los partidos no intentasen pactar a costa de casi todo.
Porque esos ciudadanos que están reclamando acuerdos porque sí, ¿qué acuerdos piensan que habría que haber tomado? Sería un ejercicio interesante a hacer, que cada artista crítico con estos políticos que no saben hacer su trabajo, dijera yo creo que la mayoría debería haber sido con este partido y el otro, presidente tal y a partir de ahí las propuestas a desarrollar con ministros y vicepresidentes. Bueno, si pensamos que los miembros del gobierno tienen alguna importancia. Creo que le resultaría un ejercicio interesante, a ver como suma (diputados y programa)  y luego que trate de contrastar con los amigos, conocidos y familiares a ver si se ponen de acuerdo. Porque parece que salvo en el parlamento, todo es miel sobre hojuelas en comunidades de vecinos, asociaciones de padres y madres… y grupos de amigos.
A partir de la propuesta que pensemos, veremos que no hay una solución neutra y que igual no es tan fácil ponerse de acuerdo. Aunque el acuerdo sea necesario.
Y ahora, una vez reflexionados, hagan como yo: voten el 10-N, recomiendo a todos hacerlo, ya que nos preguntan, respondamos.
Pero también es posible que no somos todos los mismos y ya había gente que estaba por los pactos en general con los otros, o simplemente que estamos en parte de un aprendizaje como sociedad. En ese caso, disculpen mi tono, pero después de tantos años en estas cosas, desde la universidad, no me creo lo de “To er mundo é güeno”.

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