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domingo, 31 de enero de 2016

¿Deben cobrar los parados aunque yo esté trabajando?

Les doy hoy tregua con Catalunya y sobre el próximo gobierno de España, no sé lo que pasará, ni lo que debe pasar ni siquiera que quiero que pase. Así que hoy vuelvo hasta cierto punto al modo consultorio aunque nadie me lo haya pedido explícitamente y ya mañana volvemos a darle vueltas a las 2 espirales entrelazadas en el infinito.
Decía que nadie me lo ha preguntado explícitamente, pero no es la primera vez que oigo aquello de que los “parados cobrando por no hacer nada y yo aquí trabajando para pagarles”. Sin entrar en el tema de la bulimia laboral que representa que se pasa de hacer un montón de horas a nada y que quizás esto no haría falta explicarlo me lanzo a ello para los que tengan la izquierda despistada. 
En la la facultad de matemáticas de la UB había una solución a los problemas o explicaciones teóricas que nos ponía los pelos de punta y cara de incredulidad: esto es trivial. En una ocasión el profesor de Álgebra lineal nos aclaró que lo de trivial no era por fácil, sino porque había tres vías para demostrarlo, nos quedamos mucho más tranquilos.
De la tres la menos egoísta es que todos tenemos una amigo, un vecino, un primo o hasta un hermano en paro y que de alguna forma se tiene que sustentar e ir cubriendo sus deudas. La verdad es que me sorprende que la gente que se lanza a la crítica del parado como un  vividor de la sopa boba no tenga a alguna persona querida en esta situación o que no la tenga en mente o en corazón en ese momento. O no recuerde que quizás no hace tanto esa persona trabajase y mucho.
La siguiente argumentación pasaría por aquello de cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon la tuyas a remojar, quien dice la barba dice el salario o el trabajo. La verdad que tener un margen en caso de perder el trabajo es muy importante para encarar el futuro y casi el presente. Aunque se han ido recortado por ley o por los hechos nuestros derechos laborales, no es el primero que tiene que ir a FOGASA u otras historias de truculencia laboral, hay unos mínimos que nos son útiles.
Y por último, la más egoísta de todas pero casi una de las más importantes. Si mientras yo trabajo el compañero en paro no tuviese un sustento mínimo lo más fácil es que se ofreciera a hacer mi trabajo por menos dinero, y sí asumámoslo no somos imprescindibles ni tan buenos en nuestros oficios. Si no nos dejasen jubilarnos no es por nuestra valía, sería por bajar la capacidad de negociación de la fuerza de trabajo, tanto la activa como la que está en reserva. Así de sencillo. ¿Ha quedado claro? Esto va de fuerzas y de que el sueldo como cualquier precio es relativo aunque seguro que ahora me sacarán casos y casillos, pero como la otra contraparte se mira agregados y no el caso de concreto de Díaz Ferrán o Rato por un lado o de los grande capitalistas españoles que viven de los presupuestos públicos, yo no voy a ser menos y me voy a lo esencial. ¿O de qué viven las grandes constructoras y energéticas?
Y a los que siguen pensando que son unos jetas los parados y que es muy fácil, pues sólo puedo tirar de la argumentación de mi padre: subir para arriba es más difícil que ir para abajo, así que vete tu para al paro o a vivir de las “ayudas públicas” o de pedir, a ver si te es tan fácil.
BSO: 

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