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sábado, 14 de febrero de 2015

Geopolítica, acaparamiento y financiarización frente a la soberanía (energética) popular.

Como siempre una interesante jornada organizada por el Observatorio de la Deuda Global, esta vez sobre la UE y la energía, en un momento que parece centrado el tema en la seguridad y dependencia respecto de Rusia. La energía forma parte de nuestra vida diaria y mediáticamente es recurrente la vinculación entre Rusia y gas. Es frecuente la acusación a Rusia de imperialista y poco respetuosa con los derechos humanos, y tate que aquí hubo gente que nos acusa de lo mismo a la UE.

Reconozco que me perdí un poco en la primera mesa, ¿Cómo se organiza la UE para garantizar el suministro de energía?, quizás la más técnica (Pablo CotareloAnelia StefanovaKuba Gogolewski). Más allá de sacar la conclusión que la UE es una devoradora de energía, tanto por lo que gastamos en nuestro territorio como por lo que se tiene que invertir en terceros países para fabricar todo lo que acabamos consumiendo aquí. Añadiendo el CO2 invertido fuera de la UE para lo que finalmente consumimos nosotros no estaríamos cumpliendo los criterios de Kyoto ni seríamos tan verdes como nos dice nuestra Comisión Europea. Nuestra UE que se preocupa por acceder a los recursos dentro si misma mucha veces sin informar o contra la opinión de los habitantes afectados. Tenemos el ejemplo en la extracción, las minas de carbón a cielo abierto entre Polonia, el país de Kuba Gogolewski, y Alemania; o por su transporte fuera o dentro de la UE con grandes infraestructuras que acaban siendo un gran negocio para unos pocos. Aquí parece estar la gracia de éstas, como por ejemplo el transporte de gas quan hasta ahora está bajando su consumo y sería más razonables políticas de eficiencia energética casa por casa. Entonces quizás las grandes multinacionales no tendría de donde chupar a fondo. Unas infraestructuras avaladas de una forma u otra con fondos públicos.
Con la segunda mesa, Dependencia energética y vulnerabilidad, el ambiente se fue caldeando más. Nos explicó Alfons Pérez, que intuitivamente la idea de independencia iría en el sentido de no tener muchas importaciones, pero se daba por ejemplo la paradoja de que España no es productor de gas pero somos uno de los mayores exportadores de él. Sorpresas que la vida como en el caso de Holanda con el petróleo, del que compra mucho y luego lo vende refinado, incluso a los mismos productores originales. En el caso del gas como manufactura española, o de la UE, hay que recordar la vinculación con Argelia y que los mayores contratos se firmaron entre la UE y sus empresas con el gobierno argelino de los 90 cuando la guerra sucia estaba en el máximo apogeo. Nos venden su gas, y los convertimos en el primer importador de armas africano y parece no importarnos en nuestras democracias libres e informadas por la represión allí contra los que se oponen a estos proyectos de importación y exportación. Por eso concluía Hamza Hamouchene las relaciones con regímenes dictatoriales son parte de la agenda imperialista de la UE.
Lo del imperialismo si se oye por aquí es para referirse a Rusia y sus relaciones con Ucrania. Zona donde se usa el gas como arma política por todas partes, pero se olvida decir a juicio de Olexi Pasyuk que la mayor parte del gas que se consume en Ucrania no es para la población sino para su industria, una industria de unos pocos en un país donde se produce mucho gas pero se gasta muchísimo más.
Si el gas o el petróleo están principalmente fuera de nuestras fronteras, Llorenç Planagumà (Plataforma Aturem el Fracking – Catalunya) nos alertó de otros combustibles no convencionales como la obtención de petróleo con el Fracking. Fue tajante, en política siempre hay gama de grises, pero este tema está claro que es negro y que es una línea roja que no se puede pasar.
Por la tarde, después de comer una breve película “How we live: a short film about energy”de Bankwatch sobre el impacto en diversas sociedades europeas de la extracción de recursos energéticos, casi siempre de espaldas a ellas.
Después de ella David Llistar introdujo la última mesa, Consecuencias de la diversificación, aclarando que la soberanía energética no pasaba por tener estado o no, que era otra cosa y que además es necesario ser respetuoso con los vecinos. Entendí vista la jornada que se refería a los vecinos de fuera de la UE.
Elena Gerebizzaempezó con la imagen de 4 activistas contra el impacto del gasoducto entre Azerbaiyán e Italia, y por ello convertidos en 4 presos políticos. Un gaseoducto del que no queda claro cuánto va a costar y que tiene un impacto allí por donde pasa. Represión enAzerbaiyánn, en Turquía, expulsión de los habitantes de las zonas rurales de Grecia, Armenia, Bulgaria, Macedonia, Albania e incluso en Italia dónde va contra la forma de vida y economía de la zona. En Salento nadie quiere los patrocinios del Trans Adriatic Pipeline. En cambio son habituales las pancartas y las manifestaciones “NO AL GASDOTTO”  #NoTAP. Es otro project bond como el Castor de nuestro país, es decir que se financiará con nuestro dinero para beneficio de los inversores y grandes empresas. Se acabe o no se acabe cobrarán de nosotros: vendiendo el gas y si no con las compensaciones públicas. Un proyecto para el que el presidente de Azerbaiyán tiene abiertas las puertas de la UE y de sus gobiernos pase lo que pase con los 4 presos políticos contra el TAP. 
El tunecino Chafik Ben Rouine, siguió en la línea iniciada por Hamza sobre Argelia por la mañana, sobre los países de próximo oriente y norte de África (MENA). Nos dibujó la típica relación colonial, donde la UE extrae recursos y no transfiere tecnología y remachó con un “la energía para la UE son guerras para esas zonas” y la foto de Gadafi y Sarkozy en una jaima. 
Pablo Cotarelo y Alfons Pérez, finalmente nos explicaron la idea de nuestro país como nuevo hub del gas europeo del que durante la jornada ya se había ido apuntado la conexión con Argelia o el almacén Castor. Es una idea que parte del Instituto Elcano, la Agencia Internacional de la Energía y de los que se pueden embolsar grandes beneficios con la creación de infraestructuras. España tiene una capacidad de regasificación del 37% de la UE. Sólo Catalunya, es decir el puerto de Barcelona, representa un 25% de ese porcentaje, lo que equivale a un 9% del de la UE. Pero para que esta política sea exitosa hay que constituir un mercado de gas respondiendo a intereses económicos y financieros que vinculan geopolítica y seguridad energética. Estados Unidos está muy interesada por su mucha experiencia en la constitución de activos financieros, si lo hizo con las subprime lo que no pueden hacer con el gas. La energía, y el gas concretamente, como un activo financiero más, junto con la financiarización de las infraestructuras en la Unión Europea con los project bonds como Castor. Y hasta aquí llegó la jornada.
 Espero haber captado y explicado brevemente lo que se dijo el pasado sábado 31, en el Museu Marítim de Barcelona. Como siempre lo bueno y aprovechable de los ponentes y lo errores del Senyor_G que espero que no sean muchos que si no hubiese bastado simplemente con este hip hop: DAME GAS!.

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