Principios de julio y se abren temas políticos de cara al curso que viene realmente interesantes. Sobre todo para aquellos con poca edad como para haber vivido siempre en este sistema político, y suficientemente viejo como para haberme creído cosas como que “España es de izquierdas y el PP nunca podrá ganar”, o “el PSOE mandará siempre”, o “CiU siempre ganará en Catalunya”. Cosas como estas ya llevan temblando algún tiempo y ahora se evaporan en los centros de los remolinos. Ojo: llegué a vivir pensando que Madrid y Valencia serían feudos del PSOE para siempre.
Después llegué a vivir en una Catalunya en la que el máximo poder institucional que tenía CiU era la alcaldía de Sant Cugat en las manos de Recoder y se creía que CiU no aguantaría aquel paso por el desierto; y ahora miren al PSC que va tomar entre sus manos Iceta. ¿Le servirá el verano a Iceta para coger las energías necesarias para por lo menos fijar un rumbo claro y aceptado en todo el PSC? No tendrá mucho tiempo para llegar al 9 de noviembre, no sesabe bien si el del no-referéndum o de la convocatoria de nuevas elecciones autonómicas. Porque Barcelona también fue un bastión para el PSC que llegó a creer que no perdería nunca, aunque CiU no lo ha acabado de ganar tampoco. Eso sí, CiU ha podido usar sus magníficas cuentas y otras infraestructuras sociales para sacar pecho e incluso socorrer los presupuestos de la Generalitat.
El PSC tiene candidato con primarias, pero demasiado arreglado para la situación de la ciudad, que no parece que pueda hacer suya, aunque la CiU de Trías tampoco. Estaban sorprendidos en el barrio con lo negociador que era el ayuntamiento de Trias, más fácil que con los “teóricamente más próximos” (no por nada, pero no tener mayorías hace más afable a cualquiera con dos dedos de frente) hasta que durante una semana ardió la basura acumulada en el barrio alrededor de Can Vies. Parece que en CiU ha habido disparidad de criterios: desde el que parece que ha tenido muchas ganas de negociar con las gentes de Can Vies, el concejal de distrito de Sants-Montjuïc, Jordi Martí, que parecía que podía ser el recambio con cierto talante de Trías (aunque también demasiado arreglado), hasta el concejal Forn de los ultimátums. Lo de un ayuntamiento (y otros entes vinculados) que desaloja y empieza el derribo de la casa, y otro que lo para otra vez para renegociar y reconstruir, ha sido capaz de encabritar a unos y a otros vecinos, no sólo del barrio, sino de la ciudad, el área metropolitana y más allá, a unos por ir a las bravas y a otros por rajarse. Habrá que seguir atentos a la primera mesura de la situación, que será ver si Can Vies consigue el Verkami o no, y luego ver cómo queda el problema ahí enquistado. Será la primera asignatura para el curso que viene en la ciudad.
Y en esta ciudad modelo para todo y referencia en España, surge la propuesta de Ada Colau y otros del Guanyem Barcelona. Voluntad de agrupar en programas y métodos a los que están interesados en otra ciudad que haga posible lo que ahora no parece serlo, como son trabajo y vivienda y todo lo que nos podemos permitir viniendo de ahí y que transciende la ciudad: sanidad, educación… La gran asignatura que se plantean es sumar personas para volver a ganar la ciudad para su ciudadanos, no sumar siglas, aunque somos muchos los que esperamos que ahí estén ICV, la CUP y EUiA, más Podemos, los Procés Constituent y otras organizaciones, sin olvidar, claro está, los llamados movimientos sociales a los que están vinculados los promotores. ¿Serán capaces de agruparnos en un programa, contenido y metodología? ¿Seremos capaces de proponer una economía local menos vinculada al turismo o que no ensucie? ¿Dispondremos de herramientas desde la ciudad para encarar unos problemas que van más allá de su ámbito, aunque lleven décadas ejerciendo competencias que no son suyas? ¿ICV-EUiA serán capaces de apartar las certezas organizativas que pueden dar volver a sacar 4 o 5 concejales? ¿La CUP de Barcelona será capaz de quitarse la espina de no poder medirse en un momento dulce en el que podría llegar al 5% y entrar en el ayuntamiento? Porque el objetivo debe ser poder ayudar en la situación dramática que pasan tantas personas en la ciudad, una ciudad cada vez más dual, en la que tenemos que soportar a un gobierno central del PP que se pavonea de bajar impuestos cuando todavía la administración tiene muchas necesidades que cubrir.
Por eso el curso que viene promete en Barcelona.
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