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sábado, 28 de agosto de 2010

Con China, respetarnos sin entendernos demasiado.

Publicado en soitu el 14-11-2008 08:42 CET.

Esta parece que es la conclusión de Alfredo Pastor, profesor del IESE, de lo que deben ser las relaciones europeas con China. Según la interesante conferencia sobre la economía china que impartió ayer en el CCCB.

Actividad enmarcada en la exposición “China. Miradas sobre las transformaciones de un Imperio”. Además de profesor de economía del IESE y catedrático, fue secretario de Estado de Economía y director del China-Europe Internacional Business School de Shangai.

Está especializado en la Unión Europea, la política económica española y la economía China, motivos más que sobrados, junto a una forma de hablar amena y ponderada, para abordar una conferencia titulada “El nuevo imperio del Centro. Evoluciones y perspectivas de la economía China”.

Centro emergente de la economía mundial.
China es ya un centro de la economía mundial, de unas magnitudes muy superiores a las nuestras. Desde los años 50 su población y peso económico no ha parado de crecer. La población de china se situará en unos años según las perspectivas de la ONU en 50% de la mundial, mientras que la europea seguirá bajando hasta el 7%, cuando a mediados del siglo pasado representaba el 59% y nosotros del 21%.

Su impacto económico es más que comentado. Por ejemplo en el impulso al alza de las materias primas, o en su influencia en el largo crecimiento mundial unido a un bajo crecimiento de lo precios que teníamos hasta hace poco. Es verdad, que también influye en la contención de salarios en occidente. Y se sitúa ahora mismo como un país con un ahorro alto.

China. España.
Aunque nos es difícil comparar España con China por sus números y dimensiones, el profesor Pastor es capaz de enumerar 4 cosas que tenemos en común.
  • Fuimos países centrales, para pasar luego a ser periféricos y quedarnos ensimismados durante mucho tiempo.
  • Pasamos por un largo periodo de decadencia desde finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, que fue aprovechado en ambos casos por Francia y el Reino Unido.
  • Pasamos durante principios del siglo XX por un periodo de economía no de mercado y con una fuerte intervención del estado.
  • Y por último no despertamos grandes simpatías fuera de nuestras fronteras.
Esta última afirmación ejemplarizada en como recibe la prensa británica las últimas malas noticias en nuestros indicadores económicos o se magnifican las desgracias chinas.

Un desarrollo exitoso.
El despegue económico chino empieza a partir de 1978, con Deng Xiaoping. Con unos niveles de éxito y crecimiento sin precedentes en ningún país. La foto de China nos mostraría a la población concentrada en el este, más plano y por lo que se ve más fértil que el resto. Con una superficie muy extensa, pero muy montañosa y con pocas tierras fértiles, precisamente la mayoría de ellas en el Este, por lo cual es un grave problema el éxodo del oeste rural al este industrializado. Porque acoger a más población implica más autopistas y más casas que se hacen a costa de la tierra fértil.

Siguieron el modelo asiático de crecimiento que antes siguieron Japón y Corea del Sur. Fabricar las cosas que les interesan y que tienen salida, teniendo en cuenta la falta de tierras, pero que les sobra mano de obra. Las políticas fueron de ayudas a las empresas que exportan y para ir más rápido en la modernización de su economía han tenido que contar con las multinacionales, que les han proveído de tecnología. China tenia prisa.

Según Pastor, aunque China es un país autoritario, la economía no está tan planificada como en el modelo soviético y no corresponde a un plan minuciosamente preconcebido. Van probando, los mismos chinos ponen el ejemplo de atravesar un río tanteando las piedras para atravesarlo y no siguiendo un camino que se ve. A juicio del profesor, las cosas interesantes pasan lejos de Pekín y casi intentando que no se enteren.

Riesgos del modelo económico.
El mayor riesgo la fractura social, de una gran desigualdad entre el medio rural y el urbano. Debida a la mayor productividad de la industria sobre el sector agrario, lo cual equivale a sueldo. Implicando además un problema de migraciones internas hacia el este.

Van poniendo remedios, compran tierras e implantan negocios fuera. Realizan una importante política regional, con unas altas inversiones en zonas menos desarrolladas para crear nuevos polos. Comentaba también que hay 3 niveles de ciudades, en las del primer nivel, las más desarrollas, Pekín, Shangai,… solo se pueden instalar industrias de alto valor tecnológico. Así para actividades de menos valor o más contaminantes estás las de segundo y tercer nivel.

China hace lo mismo que hicimos nosotros.
Haciendo gala de la teoría liberal clásica sobre el comercio internacional, comparó el actual proceso industrializador chino y de integración en la economía occidental; con el anterior alemán con la economía USA y el de España con la UE, sólo que aquél tiene mayores diferencias de magnitud.

Así acabada la segunda guerra mundial, Alemania empezó a producir para los USA con mano de obra más barata. Con el tiempo los salarios se equiparon y acabaron comerciando en plano de igualdad y buscando producir bienes de mayor calidad y ya no sólo para los USA. A la larga, ambas partes se benefician.

Igual pasará con China, predijo el economista, sólo que en este caso tenemos un problema de ritmos, y en el caso concreto de España tenemos problemas de substitución de empleos de baja calidad por otros de mejor calidad. Ellos van rápidos, nosotros lentos. Para solucionar este problema de ritmos, al igual que se están proponiendo ahora regulaciones para los mercados financieros también se tienen que acordar para los mercados internacionales. No hay que tener miedo de China, su economía se acerca a la de la UE o los USA, pero cuando converja exportará menos y le será más importante su propio mercado.

Respetarnos sin entendernos demasiado.
Nadie sabe que pasará con el régimen político chino, preguntarse sobre ello es un ejercicio sin respuesta. Se han mirado nuestro modelo de transición. Pero habrá que aceptar que no hay una sola forma de economía de mercado.

Cada vez tendrán más peso político internacional, hasta ahora se han autocontenido y han cooperado en la estabilidad internacional de la economía. Por ejemplo cuando no devaluaron tal como mucho predecían en su momento. O ahora con su Banco Central que apoya a euro con sus reservas, con políticas muy prudentes y conservadoras que los alejan de la actual crisis financiera.

Para Alfredo Pastor, debemos respetarnos si entendernos demasiado. En Europa pasamos de la fascinación hacia la hostilidad con lo chino. Y por lo que se ellos nos ven a veces como dioses, a veces como animales, pero nunca como amigos. China no entiende lo que es la UE. ¿Cómo puede haber 27 estado con 27 voces? Al ser 27 voces, no somos una voz respetada. Para ellos todos los europeos somos iguales, y según ejemplo del profesor, hay más similitudes entre un andaluz y un sueco que entre 2 chinos de regiones separadas.

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